En nuestro trabajo estamos constantemente tomando decisiones.
Estas decisiones no las hacemos de manera ciega o aislada. Antes de tomar una decisión evaluamos, de manera consciente, los pros y contras. Y eso lo hacemos respondiendo a preguntas que nos hacemos a nosotros mismos o a terceros.
A veces sentimos que nuestras preguntas no nos son suficiente para tomar decisiones o que podrían ser mejor, que no son lo “poderosas” que nos gustaría que fueran.
Seguramente, la calidad de las respuestas depende de cómo realizamos esas “preguntas poderosas”.
Pero las “preguntas poderosas” en sí mismo no existen. Son sólo preguntas, lo poderoso es si luego de hacerlas algo se mueve. Si ayudan para pensar más conscientemente, si sirven para pasar de la descripción o la queja a la acción; si nos ayudan en la gestión emocional o si abren nuevos caminos.
Como nos dijo nuestro gran maestro de coaching Daniel Rosales (1): “Olvídense de que van a una LISTA DE PREGUNTAS PODEROSAS, porque si están pendiente de ellas, no están escuchando”
Lo que sí se puede hacer es chequear estos TIPS que muchos coaches utilizamos al preguntar.
VER SI LA PREGUNTA ES…
1) ABIERTA: Una pregunta abierta NO se responde con SI o NO. Buscan más información, por lo que empiezan con QUÉ O CÓMO por ej, evitando preferentemente el POR QUÉ que nos lleva al pasado, la explicación y a la justificación, reemplazándolo con un PARA QUÉ, que nos conecta con el compromiso, el interés y el futuro.
2) DE UN APRENDIZ: Con una mente de aprendiz, estamos abiertos para conocer o ver algo que antes desconocíamos desde la HUMILDAD y la CURIOSIDAD.
3) CLARA, ÚNICA Y CONCISA: Hacer las preguntas CORTAS y DE A UNA A LA VEZ, evitando una sucesión de preguntas, donde sólo recibiremos respuestas confusas, o probablemente referidas a la última pregunta realizada.
4) EN CONTEXTO: Que tengan una RELACIÓN con el TEMA que se está tratando. No somos más inteligentes por hacer preguntas alejadas del tema, que descoloquen a la persona. Dejar ese tema para otra conversación pertinente abierta para ese fin si nos parecen interesantes.
5) ESPONTÁNEA: No sirve tener la pregunta preparada de ante mano. Si estamos con la pregunta ya preparada, no estamos en la conversación, ni escuchando al otro. La pregunta más poderosa es la que surge en el momento al estar 100% PRESENTES.
Y si al preguntar la persona se toma una pausa para encontrar su respuesta, HONREMOS ESA PAUSA.
Si eso te sucede, seguramente tu pregunta abrió una nueva posibilidad de pensamiento o acción.
(1) Daniel Rosales Master Coach Ejecutivo y Organizacional. Facilitador Profesional . Human Development Mentor .exPresidente Federación Internacional de Coaching Ontológico Profesional ex presidente de AACOP –