Llevo más de 18 años trabajando en y para organizaciones y esta podría ser la frase que para mí resume el origen de los conflictos en los equipos de trabajo. “¿Se lo digo o no se lo digo?”. Esto se refiere a colaboradores que no sólo no se animan o no pueden ser sinceros con sus jefes sino también con sus pares y/o personas que dependen de ellos, clientes, proveedores y lo más importante con ellos mismos.

Durante mi formación como coach y en mi práctica profesional pongo foco en investigar este fenómeno que se repite una y otra vez, afectando al rendimiento de los equipos de trabajo sobre todo en la confianza.

Lo primero que pude relevar en conversaciones y desde mi propia experiencia y vivencia, es el temor que tenemos a abrir conversaciones que de antemano parecen incómodas por pensar que puede ser dañino para la relación con esa persona o equipo de trabajo. En ese preciso instante entramos en la resignación y/o el resentimiento por la situación que no se resuelve.

Lo segundo que identifiqué es la influencia de las emocionalidades que nos toman como el miedo, la arrogancia, la desconfianza, para poder abrir o no esa conversación, lo que nos decimos en ese momento de duda de nosotros y del otro.

Por lo anterior puedo observar que en los equipos de trabajo que obtienen resultados se repite un denominador común y es que “todo se conversa”. Pero no de cualquier forma, o cometiendo “sincericidios”. Lo ideal es parar a reflexionar el costo de no hablar y luego hacerlo midiendo estos tres pasos:

1) Elegir el momento y el para qué hacerlo
2) Gestionar las emociones antes, durante y después del momento de hablar
3) Desafiar productivamente, eligiendo el lenguaje generativo o del líder que declara lo que quisiera que pasa, hace pedidos u ofrecer propuestas.

Como toda habilidad socio emocional es más fácil de aprender e implementar con otros por eso una de las metodologías que más utilizamos en Mind your Gap es el coaching grupal con dinámicas de Speak up o indiscutibles del negocio.